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Quienes somos?

"Sandro Franchi" -además de ser mi nombre- es el nombre de esta pequeña empresa basada en la ciudad de Olivos, Buenos Aires, Argentina y dedicada a brindar diferentes servicios relacionados directa e indirectamente con la fotografía, las artes gráficas y la gestión del color en general.

Como en toda página que se precie de tal hay que especificar "la misión" de la empresa, va mi misión:

Proveer a mis clientes de la mayor excelencia en la calidad de mis servicios, como así también ofrecer una línea completa de productos complementarios que le aseguren los mejores resultados posibles en cada una de las ramas en las que me especializo.

Quién soy entonces? Comencé con la fotografía desde muy pequeño, puedo decir que desde que tengo memoria ya que mi padre -Antonio- jamás hizo una salida sin su Vöigtlander Vito B. Siempre tomaba fotografías de toda mi familia y de todos los que nos acompañaban, hay muy pocas fotos en las que él haya estado del otro lado del objetivo.

A los 14 años (1978!) tuve mi primer trabajo y para ese entonces, cuando no había internet ni todo lo que hoy damos por sentado, existían las revistas como Fotomundo (la cual devoraba mes a mes y releía sistemáticamente a medida que se acumulaban) y los cursos por correspondencia.

Tomé un curso por correspondencia de fotografía básica (algo muy común en aquellas épocas), luego de fotografía avanzada (signifique lo que signifique avanzada) y luego de laboratorio, en blanco y negro, claro. Con todos esos conocimientos bajo el brazo (y casi sin práctica alguna, salvo la de apretar el disparador de la cámara de mi padre) me presenté en una imprenta de Quilmes, donde vivía en aquel entonces, por un cartel que figuraba en su entrada que decía "Se necesita fotomecánico"... Obviamente no sabía qué era un "fotomecánico" ni por qué podría necesitarse semejante cosa en una imprenta, pero por delante estaba el prefijo "foto" así que entré. Me atendió uno de los dueños de la imprenta (Una empresa familiar) y me preguntó si sabía tales y cuales cosas. Dije que sí. Me repreguntó con más detalle para ver si realmente sabía lo que contestaba y sí, sabía las respuestas a lo que me preguntaba, laboratorio y ampliadoras incluidas. Me preguntó si tenía experiencia y contesté que no (Mi apellido es el plural de "franco" en italiano) y me preguntó si me animaba a probar en el laboratorio lo que yo decía saber, dije que sí, claro, y al otro día comencé a trabajar.

Ya un poco más crecido me di el lujo, y tuve el honor de poder estudiar laboratorio con Don Pedro Otero de Avellaneda como acostumbraban llamarle, uno de los grandes maestros de la fotografía argentina, ya estando totalmente ciego, algo paradójico para quien siguió dedicándose a las artes hasta sus últimos días. Don Pedro es para mi uno de mis ejemplos a seguir, en la oscuridad del laboratorio y con su ceguera a cuestas, se movía allí dentro con más gracia y seguridad que nadie y como si las luces estuvieran encendidas y como si él tuviera la visión de un astronauta. Moraleja y enseñanza suprema de Don Pedro, nada ni nadie te puede detener en lo que quieras hacer, así soy yo y siempre lo fui.

El resto de la historia es larga, pero en los más de veinte años que me dediqué a la programación (y donde la fotografía siempre me siguió) me tocó muchísimas veces lidiar con archivos de imágenes, color, algoritmos de manipulación de imágenes, procesamiento de video para detección de objetos, movimiento y esas cosas y desde hace ya largos años me volví un fanático en la materia, siguiendo los pasos de muchísimos otros que desde el lado del IT manteníamos nuestro corazón en la fotografía. Siempre decía que cuando me "retirara" me iba a dedicar a la fotografía...

En fin y para cerrar este palabrerío, no me retiré de ningún lado y me estoy dando el lujo de poder en mi plena madurez profesional y personal, dedicarme a la fotografía, al color y a la enseñanza que son mis verdaderas vocaciones y pasiones.

Cada vez que un cliente logra un mejor resultado en sus imágenes, cada vez que un alumno cuenta con una "herramienta más" en su arsenal de conocimientos, soy el tipo más feliz del mundo y si se quiere, esa es mi "visión" de lo que debe lograr mi empresa:

Poder satisfacer las necesidades de mis clientes haciendo lo que realmente se hacer, me produce placer y me motiva a transmitirlo.

Ese soy yo, Sandro Franchi.

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