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Calibradores para monitores? – Espectrofotómetros vs. Colorímetros

Hay dos palabras (calibrar y perfilar) que son permanentemente utilizadas como sinónimos a pesar de no serlo y de tratarse de dos procesos independientes que se realizan justamente en ese orden: Primero se calibra el dispositivo a perfilar (un monitor o proyector, por ejemplo) y luego se lo perfila en función de la calibración escogida y lograda. Ya en otro momento me detendré en esta confusión en particular, pero quisiera ahora simplemente aclarar la diferencia en cuanto a los tipos de «calibradores» que hay disponibles en el mercado y que justamente por no ser «todos iguales» (mas allá de las marcas y modelos) hacen que sus precios varíen de manera astronómica entre sí.

La percepción del color según su contexto

La percepción del color a veces nos juega malas pasadas a la hora de comparar resultados de nuestras impresiones o de los retoques aplicados a nuestras imágenes. Este artículo ejemplifica los problemas perceptuales a los que nuestro sistema de visión nos enfrenta cuando el contexto de un color en nuestras imágenes no colabora con nuestra tarea.

Color Workflow y management (III)

Si vamos a imprimir nuestra obra (nosotros mismos o en alguna empresa especializada) deberemos asegurarnos que las impresoras también estén correctamente perfiladas para el tipo de papel que hayamos seleccionado (y aunque no las escojamos, las tintas son parte de la triada papel-tinta-impresora a perfilar) y si no somos nosotros quienes la imprimiremos, sería de gran utilidad contar con el perfil ICC para dicha impresora y papel (la empresa o nuestro impresor debería suministrárnoslo). El disponer del perfil ICC adecuado nos permitirá, antes de enviar el original a imprimir, realizar un proceso llamado «soft-proofing» en nuestra computadora, con nuestro monitor calibrado y perfilado antes de enviar el original para su impresión.

Color workflow y management (II)

La calibración y perfilado del monitor es una de las piezas claves en lo que es dado a llamar «la gestión del color», si nuestro monitor no rinde al máximo, y de manera objetiva, todos nuestros esfuerzos por mejorar nuestras imágenes y los resultados esperables a la hora de la impresión serán azarosos en el mejor de los casos.
Nuestro monitor, si deseamos lograr resultados previsibles y repetibles, debe estar perfilado y calibrado. De no hacerlo es como trabajar con anteojos de colores ya que nos estaremos mintiendo a nosotros mismos, primero a nuestros ojos y luego a nuestro cerebro, quien nos hará tomar las decisiones de procesamiento en base a nuestras preferencias o necesidades.

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