Color workflow y management (II)

En el artículo anterior de esta serie de tres artículos (Color workflow y management I) ya nos aseguramos que nuestro original digital “esté bien”, ahora a procesarlo!

Dispositivos de reproducción primaria (monitores)

¿Cómo lo haremos? Con nuestro programa preferido, Adobe Photoshop Lightroom, Apple Aperture, Capture One Pro, Silkpix, Gimp o el que más cómodo nos resulte, pero siempre lo haremos a través de nuestro monitor. Nuestro monitor es nuestra ventana al planeta digital, es quien nos muestra lo que vemos y en base a lo que veamos tomaremos decisiones en cuanto al post procesamiento de nuestras obras por lo cual es válido decir que nuestro monitor es quizás el punto más crucial de esta cadena, de este flujo de trabajo.

Nuestro monitor, si deseamos lograr resultados previsibles y repetibles, debe estar perfilado y calibrado. De no hacerlo es como trabajar con anteojos de colores ya que nos estaremos mintiendo a nosotros mismos, primero a nuestros ojos y luego a nuestro cerebro, quien nos hará tomar las decisiones de procesamiento en base a nuestras preferencias o necesidades. Es común escuchar que los resultados impresos no son los esperados en base a lo que se veía en pantalla, pero es mucho más probable que una impresora no perfilada reproduzca “bien” los colores que un monitor.

ColorMunki - Calibración y perfilado de monitores
Monitor siendo perfilado con el dispositivo ColorMunki

¿Han visitado cualquier casa de electrodomésticos donde hay 20 o 30 televisores idénticos transmitiendo la misma señal? Bien, entonces habrán notado también que no hay siquiera dos que se parezcan en cuanto a la reproducción del color. Nuestros monitores (independientemente de si son CRT, LCD o LED) tienen la misma problemática. Son calibrados en fábrica en base a ciertos parámetros, en determinadas condiciones y son producidos en masa con un único objetivo, reducir sus costos al máximo. Por otro lado, los monitores que la mayoría de nosotros tenemos (no monitores de alta gama que rondan los USD 3000 o USD 5000, sino 10 veces menos) tienen una vida útil esperable de unos tres años, durante la cual su calidad en términos de color, brillo e intensidad decrece día a día, no al tercer año. Pueden durar 10 años físicamente, pero su rendimiento seguirá decreciendo permanentemente.

En síntesis, si queremos comenzar a hablar de color y de su gestión, debemos ser conscientes que debemos calibrar y perfilar nuestro monitor periódicamente, no hay alternativa a este tema. Podremos ahorrar en otros puntos o escaparle a otros (usar la cartulina gris o nuestra mano como referencia de gris, por ejemplo) pero no hay forma de calibrar y perfilar un monitor que no sea mediante un espectrofotómetro, este tema, lamentablemente es un tema binario. Lo bueno de este punto, el comenzar por calibrar y perfilar nuestros monitores, es que hay un antes y un después. Quien tiene su monitor en condiciones óptimas ya no puede dejar de trabajar en esas condiciones y hasta reconoce a simple vista a cualquier monitor no perfilado.

Podemos decir que al calibrar y perfilar nuestro monitor, habremos limpiado la ventana a través de la cual miramos dentro del mundo del color digital. Ahora el cristal es cristalino, no tiñe, no nos engaña y comenzamos a conocer verdaderamente nuestra obra y hasta las capacidades de nuestros equipos fotográficos.

Un comentario que recibimos casi a diario luego de prestar un servicio de calibración y perfilado de monitores y al ver las mejoras en la calidad de representación de colores del monitor es “ahora voy a tener que procesar todas mis fotos nuevamente!!!”. La respuesta es: Y sí, en la mayoría de los casos, sí o al menos habrá que revisar una por una y ver si no debemos realizar ajustes realizados a causa del estado anterior del mismo. Pensemos simplemente que si nuestro monitor tenía una tendencia hacia el tono X, nosotros sin saberlo estábamos forzando la imagen hacia el tono “Y” para poder representarla adecuadamente en nuestro monitor. La realidad es un poco más compleja que el ejemplo de “X” e “Y” ya que se conjugan más factores que el posible corrimiento hacia un tono en un monitor, sino que los tres componentes (R, G y B) pueden tener diferencias a la hora de representar determinados colores o rangos tonales y entran en juego también los factores del brillo y contraste por lo cual como decía anteriormente, esperar calibrar un monitor manualmente es simplemente una utopía.

Nuestos ojos están diseñados para ser altamente adaptativos a cualquier condición lumínica y lo que hace 5 segundos nos pareció teñido de tal color a los 5 segundos siguientes dejará de parecerlo porque ya nos adaptamos a esa realidad. Para eso fueron diseñados nuestros ojos y es por eso que requerimos de dispositivos de medición objetivos, absolutos y no subjetivos para realizar estas tareas. Nuevamente, un espectrofotómetro. En mi caso particular utilizo un en estos momentos un dispositivo X-Rite ColorMunki Design para el perfilado de monitores con resultados realmente sorprendentes.

El tener nuestros monitores perfilados nos permitirá también una mejor interacción con nuestro impresor (en caso de que no realicemos nuestras propias impresiones) ya que sí estaremos partiendo de una visualización objetivamente correcta, y asumiendo que del otro lado cuentan con monitores calibrados y perfilados, podremos hablar en un mismo idioma y de una misma realidad. No asumamos que nuestros impresores o diseñadores gráfico tendrán sus monitores en condiciones óptimas sino que justamente debemos preguntarlo porque el resultado final de su trabajo partirá desde la realidad que pueda percibir en su monitor. El saber si nuestro interlocutor o proveedor dispone de un entorno de gestión controlado habla también de la atención que presta al resultado de su trabajo y de la calidad que podemos esperar en consecuencia.

¿En qué consiste el proceso de calibración y perfilado de un monitor?

El primer punto a aclarar es que no se realiza el perfilado del monitor “solamente”, sino que en realidad están interactuando la computadora, el sistema operativo, la placa de video y por último el monitor. Es todo ese conjunto de elementos el que realmente produce la imagen que vemos y es por eso que no se puede perfilar un monitor en una computadora en la cual no se utilizará finalmente, ni tampoco luego se podrá intercambiar monitores ya que los perfiles generados no serán válidos. Es por eso también que los perfiles provistos por los fabricantes cuando adquirimos un monitor no garantiza resultados de calidad en forma alguna, incluso empeorando los resultados en muchos casos. Aclaro que hablo de perfiles .ICC provistos con los monitores, no de sus drivers o controladores.

El proceso de perfilado es realmente simple y automatizado por un programa que instalamos en la computadora sobre la cual perfilaremos el monitor. Este programa en primer medida solicita determinados parámetros para realizar su trabajo (luminancia de salida pretendida, que va de la mano con la condición de iluminación en la cual utilizaremos nuestro equipo), el punto de blanco, etc. y luego de esto comienza el proceso de calibración durante el cual el programa genera diferentes colores en la pantalla los cuales son medidos por el espectrofotómetro. El programa conoce el color enviado, el espectrofotómetro le “contesta” el color medido (mediante su sensor, el cual sería el equivalente a nuestro ojo, pero libre de toda subjetividad) y en base a estas diferencias observadas, comienza su trabajo. Lo primero que nos forzará a hacer es a ajustar el contraste (en caso de disponer de ese control nuestro monitor, cosa cada vez menos frecuente, especialmente en computadoras portables) y luego el brillo para lograr el nivel de luminancia pretendido. Allí termina la fase de calibración y los valores de contraste y brillo deberán ser recordados y anotados ya que la segunda fase, el perfilado propiamente dicho será válido solamente para esos valores de calibración.

Luego de calibrados los valores de contraste y brillo comienza el perfilado propiamente dicho donde el programa comienza a generar diferentes colores en pantalla con diferentes valores de luminosidad para que el espectrofotómetro pueda analizar todo el rango tonal de nuestro monitor. Todo el rango tonal significa el rango de colores desde lo que determinó como blanco (un valor RGB de 255,255,255, es decir los tres colores en su máximo valor) como lo que determinó como negro (un valor RGB de 0,0,0, lo cual representa verdaderamente al color del monitor apagado ya que ese será el máximo negro que podemos pretender en cada monitor, su apariencia de color apagado). Una vez terminado el ciclo (unos pocos minutos) el programa genera físicamente el perfil .ICC que es en definitiva un archivo de texto con la descripción de las correcciones tonales observadas durante el perfilado para que nuestro monitor pueda representar de la mejor manera posible los colores. Trato de ser siempre cuidadoso de no decir “representar perfectamente los colores” porque pretender tal cosa es prácticamente imposible por diversos factores como puede ser la edad del monitor y las reparaciones que haya sufrido y cualquier particularidad en su fabricación que afecte a algún tono en particular. El perfilar regularmente un monitor sí nos asegura mantenerlo en la mejor condición objetiva posible pero no hará volver el tiempo atrás ni lograremos que un monitor de consumo masivo se comporte como un monitor de alta gama, especialmente diseñado y construido para que la calidad del color sea el parámetro por el cual se lo evalúa y no solamente por su precio o tamaño.

En el próximo y último articulo de esta serie trataremos el perfilado de nuestros dispositivos de salida: Impresoras y Proyectores.