Este tema, también conocido como “Gestión del color” es justamente, un tema en sí mismo, una problemática de nuestra profesión y tiene que ver con lograr administrar cuidadosamente el color de nuestro original (independientemente de su método de generación, tema que ya trataremos en esta nota) hasta su representación final en cualquier medio o dispositivo.
El tema de la gestión de color está ya bastante trillado en Internet y se lo suele encarar como un tema bastante críptico, lleno de fórmulas y gráficos de espacios de color, de explicaciones sobre gammuts y proofing, y aunque estos temas no son ajenos a la gestión del color, quisiera encararlo desde un punto de vista mucho más simple y pragmático. Siendo ordenados y con no demasiada sofisticación ni gastos, todos podemos acceder a una administración del color controlada y esperar resultados “profesionales” (odio esta tipificación…) de nuestros trabajos, vivamos o no de la fotografía.
El lograr una gestión adecuada del color de nuestras obras implica o presupone el dominar muchos de los temas antes mencionados pero de todas maneras, con algunos cuidados mínimos y sin demasiada tecnología asociada, podemos lograr resultados altamente satisfactorios. También tendremos que saber que sin realizar algunos de los pasos que mencionaré, pretender un flujo de color controlado será imposible o al menos será fortuito si llegásemos a lograrlo. Menos aún repetible.
En los sucesivos artículos iremos tocando temas como Perfilado y calibración de monitores, Perfilado de impresoras y papeles y Perfilado de proyectores entre otros.
Este artículo será largo en extensión y lo dividiré en varias entregas sucesivas las cuales explorarán a cada tema principal en particular, pero sin profundizar demasiado en tópicos individuales (por ejemplo balance de blancos, perfilados, etc.) los cuales detallaré en artículos dedicados a dichos temas.
Iré por pasos, en orden, y simplificando los temas que trataré en los sucesivos artículos:
- Dispositivos de captura (cámaras o escáneres)
- Dispositivos de reproducción primaria (monitores)
- Dispositivos de reproducción final (impresoras o proyectores)
Dispositivos de captura (cámaras o escáneres)
Nuestro original puede ser una fotografía que tomamos en formato digital, un escaneo de un negativo o positivo y ya disponemos en formato digital o un original generado con algún programa de diseño gráfico como Adobe Photoshop, Adobe Illustrator, etc. Nos enfocaremos en los originales fotográficos, de captura directa o escaneados.
En el caso de la captura directa en digital (independientemente de que lo hayamos realizado en formato RAW o JPG) debemos asegurarnos que la luz que capturó nuestra cámara represente los colores “reales” que tuvimos frente a nuestros ojos al momento de lograr el primer paso de nuestra obra, su captura. En este punto intervienen dos elementos básicos del color management, uno es el balance de blancos (“white balancing”) y el otro es el perfilado de nuestra cámara para las condiciones de luz existentes. Sí, son dos temas separados, no uno. ¿No sabías que el segundo existía? Bienvenidos al mundo del color :).
El balance de blancos tiene que ver con eliminar de nuestra imagen cualquier dominante cromática que haga que “un blanco no sea blanco”, o mejor dicho, que un color neutro deje de serlo. Verdaderamente deberíamos decir “balance de grises” ya que realmente tanto el blanco como el negro no son demasiado confiables a la hora de balancear nuestras imágenes debido a que pueden ser el producto de la sobre o sub exposición de nuestra captura (White o Black clipping como les gusta decir a los angloparlantes). Lo importante es balancear los grises (eliminar dominantes cromáticas sobre un color neutro). ¿Y qué es un color neutro? Un color cualquiera que contenga la misma cantidad en sus componentes R, G y B (Rojo, Azul y Verde). Sí, todos los grises son neutros y válidos para un correcto balance de blancos y no es para nada real que tenga que ser un gris al 18%, o al 50% ni nada que se le parezca. Cada fabricante tiene su librito para este tema. En la práctica numérica del color, cualquier color neutro (gris) es válido. ¿Podemos comprar una cartulina gris y utilizarla como referencia de grises? Perdón, pero no, no podemos si queremos ser verdaderamente cuidadosos.
Desafortunadamente para nosotros, no todos los materiales se comportan de igual manera ante los diferentes tipo de luz y por ejemplo, si nuestra hipotética cartulina se comportara bien a la luz del sol quizás no lo haga tan bien a la luz de una lámpara incandescente o de un tubo fluorescente. Esto significa que “un gris” puede dejar de serlo y reflejar un color diferente (o al menos alguno de sus componentes RGB) debido a su composición material. Es por ello que existen tarjetas de referencia que han sido especialmente diseñadas y construidas (con plásticos especialmente formulados) para reflejar siempre su propio color dentro de todo el espectro de luz visible por el humano, e incluso un poco más. Tal es el caso de las tarjetas WhiBal, las cuales certifican tener menos de un 0.5% de fallas dentro de todo nuestro espectro de luz visible que es lo que realmente nos debe preocupar, lo que nuestros ojos son capaces de percibir. Otro caso es la tarjeta X-Rite ColorChecker Passport, la cual nos permite no solamente balancear nuestros blancos, sino además perfilar nuestras cámaras, tema al cual ya llegaremos. Esta segunda tarjeta de referencia es bastante más cara que la primera, pero con ella se solucionan ambos temas, mientras que con la primera solamente podremos balancear los blancos.
Tanto se trate de una captura directa como de un escaneo, nuestro dispositivo de captura (la cámara o el escáner) debe estar correctamente perfilado. En el caso de los escáneres podemos decir que el tema es un poco más “simple” ya que una vez perfilado, salvo por el propio desgaste lo cual requiere un perfilado periódico, se comportará siempre de la misma manera ya que es él mismo el emisor de la luz que utilizará para generar nuestro original digital. Los escáneres se perfilan con espectrofotómetros (al igual que las impresoras, monitores y proyectores) como por ejemplo el X-Rite i1XTreme, un standard del mercado y que ofrece la posibilidad de perfilar todo tipo de dispositivos, de entrada y de salida, tanto en RGB como en CMYK, capacidades que muy pocos competidores ofrecen. Por otro lado, no todos tenemos un escáner para fines fotográficos en nuestras casas, pero esta explicación vale para cualquier escáner, aunque sea el de nuestra humilde impresora multifunción (En algún próximo artículo explicaré por qué pienso que las “humildes multifunción” de cuatro tintas no lo son tanto, y perfiladas, se transforman en impresoras más que dignas que nos permitirán exponer nuestras obras sin mayor pudor).
En cuanto al perfilado de nuestras cámaras digitales que tanto dinero nos costaron… ¿Por qué es necesario perfilarlas? ¿No son los sensores capaces de registrar los colores fielmente sin necesidad de trabajo adicional? Digamos que sí y que no. Los sensores han sido diseñados y calibrados para trabajar en condiciones de luz ideales (o al menos predeterminadas durante su fase de diseño) pero la realidad no es tan de laboratorio como quisiéramos. Un sensor no reproducirá el color X de la misma manera ante la luz del sol que bajo la luz de una lámpara incandescente y mucho menos en condiciones de iluminación mixta como se nos presentan diariamente. Las diferencias de rendimiento cromático de los sensores ante diferentes iluminantes no son menores y son más que apreciables a simple vista, con lo cual, si estamos fotografiando moda, obras de arte, o cualquier sujeto que nos preocupe reproducir fielmente, deberemos recurrir a tarjetas como la X-Rite ColorChecker Passport que en conjunto con el software provisto por X-Rite nos permitirá justamente asegurarnos que nuestros colores sean reales desde el momento de la captura.

Para nuestras cámaras deberemos generar tantos perfiles como sean necesarios, ya que tendremos que contar con tantos perfiles como condiciones lumínicas pretendamos cubrir. Podemos generar perfiles genéricos, por ejemplo: “A la luz del sol”, “A la sombra”, “Día nublado”, “Tubos fluorescentes”, etc., y por otro lado, generar perfiles particulares para sesiones fotográficas de estudio donde utilicemos varias fuentes de iluminación (continuas o flashes), seguramente contaminadas por la luz ambiental existente.
Estos perfiles podremos luego aplicarlos (por ejemplo en Adobe Photoshop Lightroom) a nuestras capturas para que las mismas sean corregidas de acuerdo al rendimiento de nuestro sensor a esas condiciones lumínicas y que los colores sean representados fielmente. Como ya mencioné, esta tarjeta en particular incluye varios parches (patches) grises los cuales nos permitirán en una sola operación balancear también los blancos adecuadamente.